viernes, 6 de julio de 2012

OLTREMARE

Así estaba yo, sin saber que hacer ni que dirección darle a mi vida. Las lágrimas últimamente se caían solas de mis ojos y notaba una presión en el pecho que no me dejaba respirar, ni vivir. Y allí me encontraba yo, viendo el primer amanecer del verano, con sus adorables nubes de color rosa; quemándome la mente y encendiendo un cigarro de liar, intentando que a cada calada los malos momentos se desvaneciesen como el humo de aquel cigarro que tan mal lié. Hacía frío pero mis manos no temblaban por eso. La canción que me ponía los pelos de punta sonaba y  las pestañas estaban húmedas casi todo el tiempo. Pensé en lo poco que valoró cuando todo va de lujo y como hago destacar todas las caídas y los momentos de mierda, que no son pocos. Pensé en toda la mierda que se me venía encima... en los tiempos bonitos, en lo poco que me habían durado y en lo mucho que les iba a echar de menos. Pensé en lo poco que me gusta sentir debilidad... en lo fuerte que parezco y lo débil que soy. Y así me sentía yo, como una puta mierda ala que han pasado por encima 20 coches, en el puto asfalto, sin poder hacer nada. Bueno sí, esperar, esperar que el tiempo pusiese cada cosa en su sitio. Esperar que, algún día, yo recordase toda esa mierda que se me venía encima reflejada en forma de otra cicatriz más que enseñar al mundo como una puta medalla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario