domingo, 3 de marzo de 2013

love II

Un día, llega al sitio de siempre, con la gente de siempre y se la cruza la vista hacia alguien que la llama la atención. Lo mira de arriba a abajo, observando cada uno de sus movimientos sin que se de cuenta, analizándolo a cada segundo. Y entonces pasa, pasa que las miradas se chocan y el corazón sube el nivel de latidos y se vuelve completamente loco. Trata de dirigir la mirada a otro sitio sin saber que la que está siendo analizada ahora es ella, de arriba a abajo cada detalle. Y así pasa el tiempo. Y un día quizá alguno de ellos se decide a tirarse a una piscina en la que una de dos: o no hay agua o hay el agua suficiente para que no hagas pie y te ahogues. Aquí creo que el agua era demasiada. Y os tirasteis.

El significado de inevitable. Inevitable era que un día os vierais y que no os pudiesen las ganas del uno por el otro. Y así pasó. Lo dejaron todo atrás por tenerse cerca, por poder rozarse la piel del alma de vez en cuando. Ella dejó los estudios aparte y él a las princesas que no fueran ella por un tiempo. Ella llegaba a casa con su olor en la ropa y sus palabras en la cabeza. En verdad ella no le sacaba de la cabeza. Ella era tan inocente y tan enamorada del amor, que se enamoraba cada dos por tres veces. Al día. Él tan fuera de lugar, tan fuera de lo normal. Con sus pantalones de colores y sus polos de diseño. Le encantaba presumir de ser todo lo que las princesas de cuento pedían y a eso se dedicaba a coleccionar princesas. Como he dicho ella era muy inocente, pero todo lo que tenía de inocente lo tenía de fuerte. O por lo menos eso aparentaba, ser fuerte, siempre con una sonrisa por delante de todo lo que le rodeaba. Ya la habían pisado alguna que otra vez el corazón pero dio igual, ella seguía perdidamente enamorada del amor.Él, sin embargo, seguía buscando princesas que coleccionar sin saber que ya no necesitaba buscar mas. Y así les fue. Dicen que cuanto más alto vuelas, más dura es la caída ¿no? Pues exactamente eso paso, que el agua les acabo ahogando.

Él seguía con su colección, aveces con 3, con 4, daba igual. Y ella seguía con sus sonrisas, más forzadas que nunca. Odiándose y encontrándose los dos en los lugares de siempre y la gente de siempre, tratando de no mirarse de no acordarse de lo suyo, de que lo dejaron todo y de que volverían a hacerlo por mantenerse cerca. Pasaron los meses y los trenes y ellos mas separados que nunca. Él con otras y ella con otros. Dejándose en el recuerdo. Se alejan durante mucho tiempo y besan otras bocas y tocan otras almas pero el recuerdo sigue ahí y las ganas del uno por el otro. Y aunque no se ven, ellos siguen en sus cabezas. Cada vez menos, cada vez mas olvidados. Pero lo suyo era inevitable. Inevitable era que otro día el tiempo les juntase, les pusiese a uno enfrente del otro y se volviesen a mirar como antes y se enamorasen, volviesen a perderse en ellos, dejando todo atrás una vez más.... La gente, los principios, las normas y los pecados estaban de más por que cuando estaban juntos todo el resto del mundo y todo el resto de valores no existían, solo estaban ellos, haciendo su amor eterno. Por siempre.



Inevitables eran él y ella, tu y yo, nosotros.


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